El establecimiento de una comunidad de Franciscanos Descalzos en Yeste fue aprobado por el rey Felipe III en el año 1618, su construcción se realizó en los años siguientes bajo la protección y patronato de los condestables de Castilla, que contribuyeron en adquisición de huertos y solares para la construcción del convento.
En 1619 comenzaron los acuerdos para llevar a cabo la edificación del convento y terminaron de edificarlo en 1629. El claustro es el espacio fundamental del convento, “corazón del cenobio”, organizaba la vida completa del mismo y a él se abrían todas las dependencias principales, convirtiéndose de esta manera en el centro neurálgico del convento.